lunes, 21 de septiembre de 2009

La falta de seguro es la culpable de casi 45,000 muertes, según plantea estudio

Si duda de que la falta de seguro de salud puede tener consecuencias mortales, tenga en cuenta los siguientes hallazgos recientes. Los estadounidenses que no tienen seguro de salud tienen cuarenta por ciento más probabilidades de morir que los que tienen seguro privado.

Hasta 44,789 estadounidenses en edad de trabajar mueren cada año por falta de seguro de salud, más de los que morirían anualmente por enfermedad renal.

El estudio surge en un momento crucial en la historia, cuando el Congreso está debatiendo legislación para expandir la cobertura del seguro de salud. Los hallazgos implican que la falta de seguro de salud no es simplemente un asunto de políticas sino un riesgo significativo para la salud.

No tener seguro se relaciona con un riesgo de muerte "que resulta elevado", señaló el Dr. Andrew P. Wilper, autor líder del estudio y catedrático de la facultad de medicina de la Universidad de Washington en Seattle.

Wiper, que trabajaba anteriormente en la facultad de medicina de la Harvard en Boston, y sus colegas usaron datos de la Tercera Encuesta Nacional de Salud y Examen de la Nutrición, realizada entre 1988 y 1994. En su análisis había personas entre los 17 y los 64 años.

La investigación repite un estudio de 1993 del Instituto de Medicina (IOM), que halló un riesgo de muerte 25 por ciento mayor entre los que no tenían seguro, en comparación con los adultos que tenían seguro privado.

Debido al margen de error de cada estudio, Wilper no puede decir si el riesgo de muerte aumenta con el tiempo. Sin embargo, si hay más riesgo, sospecha que podría deberse a que los tratamientos para los estadounidenses asegurados han mejorado mucho para ciertas afecciones, como la hipertensión, la diabetes y la enfermedad de la arteria coronaria.

El estudio también corrobora ciertos pronosticadores de mortalidad entre los que no tienen seguro. El riesgo de muerte es mayor para los hombres que para las mujeres, para los fumadores que para los no fumadores, para los bebedores empedernidos y para las personas de mayor edad, por ejemplo.

Fuente: American Journal of Public Health.

No hay comentarios:

Publicar un comentario